Descripción:
La LVII Legislatura marcó un hito en la historia parlamentaria de México. Por primera vez, el escenario ya no estaba dominado por un partido en el gobierno con una mayoría legislativa absoluta que le permitía impulsar todas sus iniciativas: para gobernar, el Poder Ejecutivo ahora necesita la cooperación de los partidos de oposición. Lo anterior provocó que se revaluara el concepto de representación. Con base en un caso particular la Ley Indígena aprobada en 2001, el autor propone que la representación política se construye en el entorno mismo cognitivo del proceso legislativo; no lo precede.