Descripción:
la religión tuvo un papel fundamental en la época virreinal como elemento indispensable para fundir poblaciones dispares en creyentes de una misma fe. la unión del trono y el altar rigió el orden político-colonial. la gestión de la independencia nacional entre 1808-1810 y 1821 provocó la ruptura de esta mancuerna y multiplicó las voces del clero y las expresiones religiosas. en este contexto se hizo notorio el carácter polivalente de la herencia católica en la legitimidad, identidad y política de la historia nacional. tanto la permanencia como los cambios en la sociedad requirieron apelaciones a su autoridad. lo indispensable era mantener unidos los destinos de la religión y la patria.en esta obra colaboran autores que aportan elementos clave para comprender la crisis cívico-religiosa representada por la independencia de méxico. en sus análisis, abordan la religiosidad tanto de la elite como del pueblo configurando un mosaico representativo de movimientos y continuidades en el tejido socioeconómico y en lo político y cultural de la nación al abordar su independencia.