Descripción:
Llevaba menos de un año viviendo en Chalco, Estado de México, así que todavía no me acostumbraba a la nueva casa, a la Unidad Habitacional y al crecimiento urbano desordenado que, poco a poco, como gangrena, devoraba todos los vestigios de la vida rural. Mi madre seguía deprimida porque extrañaba vivir en Santa María la Ribera. Yo, al contrario, desde que me mudé aquí, apenas a 30 kilómetros de distancia, me sentía más tranquilo, como si hubiera abandonado un país en guerra. He hecho periodismo contra todo pronóstico, usurpando un lugar que, probablemente, no me corresponde, pero el que me niego a abandonar, como un borracho que se abraza al banco de una cantina, En un momento en el que el periodismo está secuestrado por la agenda del gobierno federal y los gobiernos estatales, reivindico la duda y la curiosidad neurótica como armas para contar historias, alejadas de la prisa y la coyuntura. Por esa razón, en algunos de los presentes textos se filtran otros temas que también me interesa explorar, como la ternura, el fracaso y el misterio de la creación artística.